El portero es
imprescindible para un equipo de fútbol, puede marcar la diferencia sobre todo está ocupado por especialistas.
De
todos es sabido que el portero es el máximo especialista del equipo con las
prorrogativas que le otorga el reglamento. Sus funciones se diferencian
bastante con las que tienen que asumir las demás demarcaciones del equipo, su
comportamiento conlleva un grado de responsabilidad no compartida por los demás
jugadores, ya que un fallo del guardameta es la consecuencia directa de encajar
un gol.
Por
tanto en muchos aspectos el jugador más trascendental del equipo, por la
relevancia que adquieren sus errores, y por qué a causa de sus intervenciones
puede sumar a lo largo de un campeonato los puntos necesarios que superan el
fracaso, del éxito deportivo del equipo. En este sentido constatar que las
exigencias mentales que recaen sobre el
portero son mucho mayores que las que recibe cualquier jugador de campo.
Es
la demarcación más expuesta a la crítica, ya que sus errores son analizados de cerca, mientras que los
fallos de los demás jugadores están sujetos a mucha menor atención. De ahí que tenemos en principio que valorar es
su comportamiento de juego sus cualidades psíquicas en relación a su audacia
ante situaciones comprometidas, sobreponiéndose
en cualquier momento a través de su responsabilidad y confianza en el trabajo
realizado.
Decisión
fundamental para elegir una situación más acertada y adecuada con la mayor
celeridad posible. Debe deducir o interpretar las acciones tanto la de sus
compañeros como la de sus rivales.
Atención
que se debe manifestar en todo momento, por muy alejada que se encuentre la
jugada, ya que su intervención puede ser necesaria en cualquier instante, para
lo que tiene que estar constantemente variando su situación espacial en relación a la ubicación y el contexto
donde se desarrolle en juego.
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