El miedo es un mecanismo de
defensa del organismo ante situaciones de peligro; y la nerviosidad (esa inquietud
desesperante), es la agitación o excitación que se siente cuando uno tiene que
asumir una gran responsabilidad.
Lo importante es aprender a controlarse y a aprovechar
apropiadamente la experiencia. Siempre sentirás un
miedo inherentemente humano ante las situaciones que entrañan peligro; y
siempre sentirás algo de nerviosidad cuando te confíen una gran responsabilidad.
Lo importante es aprender a proceder. Te añade
confianza y seguridad... ¡ese es un beneficio de incalculable valor!
La
gente presenta miedo a hablar en público por varias razones, que incluyen el
miedo a las críticas, el miedo al fracaso, el miedo a que la gente les observe,
la ignorancia del tema a tratar y también les preocupan las posibles reacciones
del auditorio. Para mucha gente, tal ansiedad está basada en la falta de
experiencia, o pueden haber visto a colegas o a otras personas dando charlas en
público con poco éxito y tienen miedo de que les ocurra lo mismo, otros pueden
haber tenido experiencias desagradables en intentonas previas. En todos ellos,
la ansiedad puede crear la suficiente tensión como para garantizar el fracaso
sin una intervención apropiada.
El
aspecto esencial de la intervención es planificar. Además de valorar el
contenido del tema y las limitaciones de tiempo, también debe considerarse por
quién está formado el auditorio. Es bueno practicar preparando cortas charlas
para familiarizarse con la exposición.
Un
temor frecuente es olvidar lo que uno iba a decir. La tentación suele ser
escribir abundantes notas (quizá palabra por palabra) a las que se pueda
recurrir. El proceso de clasificar las notas mientras se habla puede interferir
con la fluidez de la presentación y puede distraer al auditorio. De acuerdo con
ello, el tema debe ser leído tranquilamente unas cuantas veces para después
resumirse en una única hoja de papel con los puntos de interés subrayados en
colores brillantes para una fácil identificación. De igual manera, ya que en
los primeros minutos se establece el temor perdurable de la charla, las frases
iniciales deben memorizarse y ensayarse hasta conseguir una charla fluida.
Un
desastre completo y un efecto "memorable" pueden suceder mediante la
utilización ansiosa del humor, es especial si el auditorio está compuesto de
extraños. Una regla básica es evitar siempre el humor hasta que el tema sea
completamente familiar y pueda irse desarrollando con confianza y flexibilidad
y la audiencia conozca ya al conferenciante. ¡ Es
mejor tener un aspecto serio que ridículo!
Otra
parte importante de la preparación adecuada es identificar los componentes
somáticos y cognitivos de la ansiedad y hacer las intervenciones apropiadas.
Cuando
se da una charla en público, mover los pies nerviosamente, jugar con las manos,
lápices o papeles o mantener los ojos rígidamente fijos en las notas que se
utilizan son signos de falta de confianza y de competencia. Hay que mantener
una postura relajada y confiada. El sujeto (orador) debe elegir a unas cuantas
personas distribuidas, aproximadamente, a la misma distancia en la sala y
mirarlas de forma pausada y sin rodeos mientras va dando la charla. En este
sentido, la atención se dirige a toda la sala.
Las
preguntas pueden proporcionar una preocupación considerable en el angustiado
conferenciante. Con cada tema preparado como tarea para hacer en casa, es
también útil que el paciente prepare posibles cuestiones que, razonablemente se
puedan presentar. Esto incrementa la confianza del conferenciante en el
conocimiento del tema y le permite ensayar de forma eficaz para cuando se
presenten preguntas dificultosas. Así, si no conoce la respuesta, puede
practicar diciendo que no la conoce sin que ello le cause embarazo innecesario
o sorpresas poco agradables, mientras da la impresión de que tiene la confianza
suficiente como para admitir que tiene algunas lagunas sin ningún reparo.
LENGUAJE CORPORAL
APLICALOS Y
RECONOCELOS
ACTO
|
SIGNIFICADO
|
Acariciarse la
quijada
|
Toma de
decisiones
|
Entrelazar los
dedos
|
Autoridad
|
Dar un tirón al
oído
|
Inseguridad
|
Mirar hacia
abajo
|
No creer en lo
que se escucha
|
Frotarse las
manos
|
Impaciencia
|
Apretarse la
nariz
|
Evaluación
negativa
|
Golpear
ligeramente los dedos
|
Impaciencia
|
Sentarse con
las manos agarrando la cabeza por detrás
|
Seguridad en
sí mismo y superioridad
|
Inclinar la
cabeza
|
Interés
|
Palma de la
mano abierta
|
Sinceridad,
franqueza e inocencia
|
Caminar
erguido
|
Confianza y
seguridad en sí mismo
|
Pararse con
las manos en las caderas
|
Buena
disposición para hacer algo
|
Jugar con el
cabello
|
Falta de
confianza en sí mismo e inseguridad
|
Comerse las
uñas
|
Inseguridad o
nervios
|
La cabeza
descansando sobre las manos o mirar hacia el piso
|
Aburrimiento
|
Unir los
tobillos
|
Aprensión
|
Manos
agarradas hacia la espalda
|
Furia, ira,
frustración y aprensión
|
Cruzar las
piernas, balanceando ligeramente el pie
|
Aburrimiento
|
Brazos
cruzados a la altura del pecho
|
Actitud a la
defensiva
|
Caminar con
las manos en los bolsillos o con los hombros encorvados
|
Abatimiento
|
Manos en las
mejillas
|
Evaluación
|
Frotarse un
ojo
|
Dudas
|
Tocarse
ligeramente la nariz
|
Mentir, dudar
o rechazar algo
|
LOS OJOS
Los ojos son
las ventanas del alma. La persona que mira limpiamente a los ojos de
otros es una persona segura, amistosa, madura y sincera. Sus ojos y su mirada
pueden decir tanto porque expresan prácticamente todas las emociones:
alegría, tristeza, inquietud, tensión, preocupación, estimación o respeto.
Por sus ojos muchas veces se puede saber lo que está pensando. Por eso,
constituyen una ayuda poderosa en la conversación.
LAS
MANOS
Tus manos se
pueden aprovechar muy bien para complementar tus palabras y dar mayor
fuerza a tu conversación. No las utilices inútilmente y mucho menos para
hacer cualquier cosa que distraiga a la otra persona. Tampoco las uses
violentamente, palmoteando o pasándoselas casi en el rostro a la otra
persona.
TOCA
CUANDO TOCA
Hay muchas
personas que siempre están dando palmadas en la espalda o tocando a los otros
en los brazos, como para llamar su atención. Es bueno demostrar cariño, pero
también hay que guardar el debido respeto a los demás. Muéstralo no
tocando a la otra persona innecesariamente. Hay quien se siente muy
molesto si le tocan, ten cuidado. Pero tampoco hables o escuches con las
manos metidas dentro de los bolsillos porque eso denota indiferencia y mala
educación.
De todos
modos, el contacto físico también puede resultar beneficioso en algunos
casos. Me explico: cuando estás en un pub, o una discoteca y estas hablando
con una chica/chico a la que literalmente le estás echando trastos, tocar su
brazo de vez en cuando como si no escucharas bien, o rozando tu mejilla con
la suya al acercarte para hablarle al oido.
MEJOR NO
GESTICULES
La actitud
física demuestra lo que el alma está sintiendo. Si alguien finge
interés en una conversación, la otra persona se dará cuenta muy fácilmente
por sus gestos y ademanes. Moverse nerviosamente o levantarse, cruzar y
descruzar las piernas, moverse en el asiento o mirar constantemente el reloj
demuestra aburrimiento y es una gran falta de respeto. Si tienes que mirar
la hora, hazlo en el reloj de otro.
SIENTATE BIEN
Aprende a
sentarte tranquilo y comportarte cuando se escucha. Reparte equitativamente
el peso de tu cuerpo para no cansarte mientas estás sentado conversando. Si
te sientas en el borde de la silla, es indicativo que deseas irte tan
pronto como sea posible.
Si cambias
constantemente de posición, estás expresando a gritos que estás aburrido.
Si mueves incesantemente los pies durante la conversación, tu
interlocutor pensará que estás molesto, inseguro, irritado, nervioso, cansado
o aburrido. Sitúate en una posición cómoda y descansada que te permita
respirar mejor y manejar mejor tu voz.
|
LA MIRADA
Cuando estés
hablando con alguien, no estés mirando a todos lados: a la ventana, al
techo, al suelo o limpiando sus uñas. Tampoco mires morbosa y curiosamente los
zapatos, pantalones, camisa o peinado del que habla. Mantén el contacto
ocular, pero sin fijar en exceso la mirada: eso lo hacen los locos.
De todas formas,
si quieres fijar la mirada durante mucho tiempo en alguien sin cansarte
psicológicamente, mira su entrecejo. Para el otro/a no hay diferencia.
EXPRESIONES DE LA
CARA
¡Sonríe! Intercalar sonrisas cálidas y
francas en la conversación transmite confianza, alegría y buena disposición.
Sin embargo, no exageres. Sonreír demasiado frecuentemente puede
convertir el gesto en una especie de mueca y dar la impresión de que es algo
hueco, vacío y fingido.
Apretar
exageradamente los labios puede delatar que tienes dudas o desconfianza acerca de lo que el otro
está diciendo o sugerir que no estás expresando realmente lo que piensas o
sientes.
7 PASOS QUE TE
AYUDAN A PREPARAR UN DISCURSO
1º: DEFINE CLARAMENTE TU OBJETIVO
Pregúntate: "¿Qué quiero lograr con mi
discurso?"
Una
respuesta concisa a la pregunta "¿Qué quiero lograr con mi
discurso?" te simplificará las cosas y te
ayudará a definir claramente lo principal: tu objetivo.
Por
ejemplo:
Que el oyente concuerde en reparar la cisterna.
Que el oyente vote por Mary como nueva Presidenta de la Junta. Que el oyente colabore donando recursos para ayudar a los niños del orfanato.
Que
el oyente colabore donando recursos para ayudar a los niños del orfanato.
|
2º: PONLE UN TÍTULO INTERESANTE
Pregúntate: "¿Qué palabra, frase u oración
comunicará la idea de manera fácil de entender o despertará curiosidad por mi
discurso?"
Es
mejor que tu discurso tenga un título que lo identifique claramente, para
concentrar tus ideas en tu objetivo y que te sirva para armar tu argumento
alrededor de una frase que te recuerde constantemente la idea
central.
Una
sugerencia práctica para poner un título a tu discurso es combinar tres
elementos: 1) usar la idea central, 2) conectarla con la acción que quieres
que lleven a cabo y 3) usar un verbo en primera persona del singular
(hagamos, apoyemos, nos conviene, cosechemos, brindemos, fortalezcamos,
trabajemos, esforcémonos.
Por
ejemplo, basándonos en cada una de las ideas del Primer paso, ponemos
un título:
"APOYEMOS LA OBRA DEL PUERICULTORIO"
"UNA PRESIDENTA QUE A TODOS NOS CONVIENE" "COSECHEMOS EL FRUTO DE NUESTRO TRABAJO" |
3º: PREPARA LA CONCLUSIÓN
Pregúntate: "¿Cómo terminaré mi discurso?"
El
final del discurso es para pedirle al oyente que reflexione sobre lo
explicado o que haga algo al respecto. Tiene dos partes fundamentales: 1) Una
solicitud y 2) una motivación.
Por
ejemplo, la solicitud para los ejemplos en cuestión:
"¡Ayuda(e) a los niños del
puericultorio con una modesta donación!"
"¡Apoya(e) la gestión de Mary como nueva Presidenta de la Junta!" "¡Siéntete(ase) motivado a seguir trabajando con dedicación y empeño!"
Finalmente,
la motivación, es decir, ¿por qué (razón) o para qué (propósito)
se lo pido?:
"¡Para
que los ayudes(mos) a convertirse en hombres y mujeres de bien que sirvan a
la comunidad!"
"¡Porque así demostrarás(emos) capacidad y lealtad a favor del interés social!" "¡Para que los tuyos(nuestros) estén orgullosos de ti(nosotros) y de tus(nuestros) esfuerzos por servir!" |
4º: ORDENA TUS IDEAS LÓGICAMENTE
Pregúntate: "¿Cómo ordenaré mis ideas?"
Siempre
unas ideas deben ir primero, y otras después. El orden lo determina la
fórmula lógica que utilices. Por ejemplo, estas son cuatro de las fórmulas
más utilizadas por los oradores. 1) De problema a solución, 2) de causas a
efectos, 3) por contraste y 4) por combinación de varios estilos de
ordenamiento.
Por
ejemplo, tomando el tema del orfanato, mira de cuántas formas puedes ordenar
tus ideas:
|
5º: PREPARA LA INTRODUCCIÓN
Pregúntate: "¿Cómo les anticiparé de qué les
hablaré?" (opcional)
El
orden de ideas que definiste en el cuarto paso es exactamente el mismo que te
servirá para presentar un anticipo de lo que les dirás. Este anticipo es
opcional y dependerá de las circunstancias así como del tiempo de que
dispongas.
|
Pregúntate: "¿Cuáles serán mis primeras
palabras?"
Prepararás
mejor tus primeras palabras después de haber dado los pasos 1 al 4, porque al
quinto paso tendrás una idea más clara de lo que quieres y cómo conseguirlo.
Con las primeras palabras alcanzarás el propósito de captar la atención de
tus oyentes y despertar su interés en la explicación que presentarás
inmediatamente después.
Las
primeras palabras causan un mayor impacto cuando se presentan en forma de
ilustración, ejemplo, caso de la vida real, refrán, declaración directa o
pregunta interesante.
|
Prepara un saludo (opcional)
A
muchas personas les parece ridículo, aburrido y absolutamente innecesario que
cada orador salude al auditorio cuando un maestro de ceremonias o presidente
de reunión lo hizo formalmente en nombre de todos, o cuando la reunión ya
está en progreso, tal vez pienses que te sentirías mejor si antes de tus
primeras palabras 1) saludas al público y 2) mencionas brevemente de qué les
vas a hablar.
Es
tu decisión y, en todo caso, una opción que tienes derecho de tomar. En tal
caso, sé breve. Los auditorios se aburren y distraen con más de un saludo.
Cuando es innecesario, saludar se convierte en un factor de distracción nada
conveniente.
Dos
opciones:
1 "¡Señoras y señores, tengan todos ustedes muy
buenas noches!"
2 "¡Amigos, tengan muy buenas tardes!"
Los
elementos indispensables de un saludo: Aprecio, comprensión, interés y
respeto. Por ejemplo:
"Aprecio su asistencia. Comprendo que su tiempo es
valioso. Por eso, entremos de lleno al asunto que nos interesa..."
|
Decide si usarás un tratamiento especial:
Se
llama tratamiento a las palabras o frases que se acostumbran usar en
ciertas asambleas. En caso de que desees usar un tratamiento, estás en la
obligación de averiguar localmente qué es lo que se acostumbra, porque lo que
en una zona puede parecer normal o innecesario, en otra podría considerarse
como falta de respeto. Sería un error de mi parte decirte exactamente cómo
decirlo. Las reglas de etiqueta son más un asunto de capricho, impuestas con
base en tres temores básicos: temor al qué dirán, temor al ridículo y temor
al fracaso. Por eso los más audaces prefieren evitarlo y entrar de lleno en
el asunto sin saludar a nadie. Esto último es lo que más recomiendo.
Por
otro lado, en caso de duda, sé breve y menciona, por lo menos, a la persona
más importante. Hasta pudiera ser apropiado en algunos casos mencionar en
orden jerárquico o de importancia a una o dos personas más. Solo evita soltar
un rollo. Mencionar a más de dos o tres tornará aburrido el comienzo,
reflejará incompetencia (porque debilita el impacto inicial) y hiere la
susceptibilidad de aquellos a quienes olvides mencionar. Si mencionas a una
sola persona, o a dos o tres, todos entenderán que es imposible decir el
nombre de todo el mundo, que comprendes que el tiempo es valioso y que sabes
que sería mejor evitar meter la pata mencionando a seis o siete personas y
pasar por alto a alguien que debiste mencionar.
El
tratamiento es un asunto de costumbres locales. De todos modos, si se trata
de un discurso personal decídelo tú, y si actúas como vocero o representante
de un grupo, deja que lo decida el grupo.
Por
ejemplo, en la mayoría de los casos basta con un tratamiento sencillo:
"Señor Director de(l orfanato ); especialistas y
auxiliares, señoras y señores..."
"Señora Presidenta de la Junta, Roberta Akis, amigos todos..." "Señor Presidente del Directorio de Backs & Fronts, señoras y señores..."
Preparar
y ensayar el discurso al revés, de la conclusión a la introducción, tiene las
enormes ventajas de permitirte fragmentarlo y tomar mayor conciencia de cada
sección, tomándole tiempo como un todo independiente y terminado.
|
6º: ENSÁYALO HASTA ASIMILARLO
Si puedes, ensaya con un cronómetro en mano y una
grabadora
Si
vas a exponer dentro de algunos días, significa que tendrás algún tiempo para
prepararte. En tal caso, te sugiero seguir un sencillo régimen de ensayo de
comprobada eficacia, uno que te deja tiempo para otras cosas y que, al mismo
tiempo, te permite hacer un trabajo profundo y quedar muy bien con el
auditorio. Ensaya cada sección por separado siguiendo estrictamente
las instrucciones.
|
Día 1
|
Prográmate usando tu imaginación. Aparta 1
hora de la noche solo para pensar en tu objetivo y, al ir a dormir, dale
vueltas en la mente. Hasta que te venza el sueño, vive de antemano en tu
imaginación el objetivo cumplido exitosamente. Eso programará tu sistema
automático del cerebro.
|
Día 2
|
Ensaya el final del discurso. Aparta 1 hora de
la noche a repetir las últimas palabras tantas veces como puedas, sin
mirar papel alguno, y al acostarte, hazlo en la cama hasta que te venza
el sueño. Si te da insomnio, ¡mejor! Ensayarás más veces.
|
Día 3
|
Ensaya el orden de ideas de tu argumento. Aparta 1
hora de la noche a ordenar tus ideas siguiendo una de las fórmulas
mencionadas en el cuarto paso. Resúmelas mentalmente, luego escribe dos o
tres palabras claves que te las recuerden. Evita redactar todo el discurso.
Al acostarte, sigue pensando en el orden de ideas. Piensa en la segunda idea
como si fuera un puente que une la primera idea a la última.
Piensa
en preguntas interesantes que podrías hacerle al público durante la
exposición y en alguna experiencia o caso verídico que te sirva para ilustrarles
el punto claramente.
Dedica
todo el tiempo a repetir el orden de ideas. Usa diferentes palabras
cada vez. Evita repetir las mismas palabras vez tras vez. Por ejemplo, si una
vez dijiste "persona", la próxima di "individuo", y la
próxima "alguien", porque lo importante es memorizar ideas en vez
de palabras. Al acostarte, aplica la misma técnica de darle vueltas en tu
mente hasta que te venza el sueño.
|
Día 4
|
Ensaya el comienzo del discurso. Aparta 1
hora de la noche a escribir, palabra por palabra, el comienzo del discurso y
repetirlo tantas veces como puedas, sin mirar el papel, y al
acostarte, hazlo en la cama hasta que te venza el sueño. Si te da insomnio,
¡mejor! Ensayarás más.
|
Día 5
|
Ensáyalo todo junto. Aparta 1 hora de
la noche a repetir todo el discurso desde el comienzo hasta el final tantas
veces como te sea posible, sin mirar papel alguno. Mejor si puedes hacerlo de
pie en una habitación oscura.
|
¿Y los nervios?
Aunque
todo el mundo reconoce las bondades de las técnicas de relajación, en la
práctica, las personas que tienen que hablar en público sienten tanta
ansiedad que difícilmente consiguen relajarse realmente. Por eso prefiero
sugerirte que, sin importar si sientes nervios o te sientes bien, aproveches
cualquier emoción de temor o nerviosidad, para que trabaje a tu favor,
ayudándote a descollar en tu desempeño. ¿Cómo así? ¡Tienes que tomar
conciencia de lo fabulosa que es tu mente profunda!
Un secreto del organismo humano
El
Dr. Daniel Goleman, director de la sección científica del New York Times y ex
profesor de Harvard, explica, en parte, lo que ocurre cuando la mayoría de
las personas sienten miedo. Te ayuda a entender que una maravillosa pieza
bioquímica llamada amígdala que hay en tu cerebro actúa inmediata y
armónicamente con tu hipocampo interconectado, dirigiendo ciertas células que
emiten unas señales neurotransmisoras por todo el organismo, especialmente
hacia el sistema cardiovascular (corazón), kinestésico (muscular) y digestivo
(visceral), y libera una hormona llamada dopamina, la cual agudiza nada menos
que tu capacidad de prestar atención.
Por
eso, contrario a lo que la mayoría cree, lejos de perder fuerza y capacidad
para la acción eficaz, cuando el ser humano siente temor, se activa su
fabuloso sistema de reacción automática. Todos tus recursos físicos y
mentales interconectados se preparan como un ejército para una emergencia,
por si se requiere una reacción extraordinaria. Por ejemplo, tus ojos y oídos
pueden rastrear inmediatamente, como un gato, y tu mente busca los pensamientos,
sensaciones y emociones que necesitas, y sucede un milagro: tu memoria se
reorganiza en un parpadeo y viene en tu rescate con los conocimientos y
recuerdos que necesitas. Tus ideas viajan a la velocidad del rayo por miles
de hilos conductores en el cerebro. Tus intestinos, hombros, cuello y cuerdas
vocales reciben el impacto de la tensión, y tu corazón acelera sus latidos
enviando más sangre y oxígeno a los músculos. Tu mente se pone como una
locomotora que funciona a toda máquina, pensando en los riesgos y las
opciones que tienes. ¡Sí! ¡Tu naturaleza puede hacer todo eso automáticamente
en un segundo!
En
otras palabras, cuando estás bajo tensión tu máquina bioquímica puede
funcionar en todo su potencial. ¡Mismo McGyver! Por eso es tan importante que
te pongas en positivo en vez de ocupar el canal unidireccional de tu mente
con pensamientos negativos. Lógicamente, de ninguna manera estoy
recomendándote que te pongas en tensión. Lo ideal es la relajación. El
problema es que, ante la dificultad de relajarte completamente, es mejor
tener un As bajo la manga: tus reacciones bioquímicas naturales activadas por
el temor, que, aunque parezca mentira, pueden añadirte energía para una
acción eficaz cuando tengas que hablar en público con elocuencia y persuasión.
|
7º: REDÁCTALO
Opino
que la redacción del discurso es el último paso en la preparación, porque es
más fácil ponerlas detalladamente por escrito después de tener las ideas
claras y ensayadas. Si lo haces al revés, llenarás varios cestos de papeles y
seguirás estancándote en los primeros párrafos. El régimen de ensayo paso a
paso que te sugiero está diseñado para poder hablar sin papel. Lo que
practico es lo que enseño. Jamás he enseñado una teoría que sea inaplicable.
Además,
te conviene tener un archivo de tus discursos, ya sea para seguir haciéndole
mejoras hasta el último momento, para leerlo palabra por palabra, para
repartir copias, para preparar separatas, para publicarlos individualmente o
compilarlos en un libro, para entregarlos al periodismo, para que las
generaciones familiares venideras te conozcan.
Salvo
que alguna norma o algún problema de salud te lo exija, es mejor hablar sin
leer. La presentación extemporánea, es decir, exponer a partir de un bosquejo
mental de tus ideas, sin leer palabra por palabra, es conveniente por varias
razones:
Puedes adaptarte a las circunstancias si surge un
imprevisto.
La idea permanecerá intacta aunque añadas o quites algunas cosas. Si olvidas alguna porción, es probable que nadie se dé cuenta. Tus expresiones transmitirán naturalidad. El auditorio te respetará más. Persuadirás con más facilidad.
Escríbelo personalmente
Jamás
le he preparado el discurso a nadie, ni pienso hacerlo en el futuro. Puedo
ofrecer algunas ideas a quienes tengan una emergencia, tal como un rescatista
ayudaría a alguien que está en peligro, aunque siempre estimulo a la persona
a hacerle añadiduras y enmiendas para hacerlas suyas. Soy un convencido de
que es mejor que cada persona hable con su propia boca, con sus propias
cualidades e incorrecciones. Siempre he preferido ayudar a mis alumnos a
mejorar su presentación a partir de una idea en la que ellos mismos hayan
pensado. Si un padre le hace la tarea a su hijo, ¿de qué manera lo ayuda? ¿De
qué manera le enseña a ser autosuficiente? ¿De qué manera lo libera de sus
temores?
Usando
un lápiz y papel, o una máquina de escribir o teclado de computadora en buen
estado (configurado en tu idioma), te estimulo a escribir personalmente tu
discurso, desarrollándolo poco a poco, línea por línea. Algunos exponen su
discurso en voz alta y los graban, para entregar el material a alguien que lo
convierta en un texto mecanografiado.
Naturalidad
Aunque
nadie negaría que el lenguaje y la gramática son importantes, es más
importante ser una persona genuina, con todos sus defectos. Hablar con
palabras sencillas jamás te meterá en dificultades. Si mandas preparar el
discurso a tu secretaria, porque piensas que así sonará mejor, podrías perder
la naturalidad que necesitas para ganarte el respeto del auditorio y
persuadirlo. Porque los que te conozcan, los que saben cómo hablas en verdad,
se darán cuenta de que son palabras de otra persona. Por eso digo que siempre
es mejor que tus palabras suenen sinceras a pesar de tus defectos.
Desarrolla tu bosquejo
Ya
sea para redactar tu discurso personalmente o grabarlo en voz alta para que
alguien te lo mecanografíe, ten a mano el bosquejo de ideas y desarróllalo
palabra por palabra.
Ten
en cuenta que 5 segundos, hablando a una velocidad normal, equivalen a una
línea de texto mecanografiado en formato normal de 12 puntos en Word
aproximadamente, y que cada minuto equivale a 12 líneas de texto
aproximadamente. Aquí te muestro un cuadro de equivalencia que dará una idea:
|
1 línea
|
5 segundos
|
14 palabras
|
12
líneas
|
1 minuto
|
168 palabras
|
|
2
líneas
|
10 segundos
|
28 palabras
|
24
líneas
|
2 minutos
|
336 palabras
|
|
3
líneas
|
15 segundos
|
42 palabras
|
36
líneas
|
3 minutos
|
504 palabras
|
|
4
líneas
|
20 segundos
|
56 palabras
|
48
líneas
|
4 minutos
|
672 palabras
|
|
5
líneas
|
25 segundos
|
70 palabras
|
60
líneas
|
5 minutos
|
840 palabras
|
Aprox. 1 pág A4
|
6
líneas
|
30 segundos
|
84 palabras
|
72
líneas
|
6 minutos
|
1008 palabras
|
|
7
líneas
|
35 segundos
|
98 palabras
|
84
líneas
|
7 minutos
|
1176 palabras
|
|
8
líneas
|
40 segundos
|
112 palabras
|
96
líneas
|
8 minutos
|
1344 palabras
|
|
9
líneas
|
45 segundos
|
126 palabras
|
108
líneas
|
9 minutos
|
1512 palabras
|
|
10
líneas
|
50 segundos
|
140 palabras
|
120
líneas
|
10 minutos
|
1680 palabras
|
Aprox. 2 pág A4
|
11
líneas
|
55 segundos
|
154 palabras
|
132
líneas
|
11 minutos
|
1848 palabras
|
Para
exponer en público, ya sea hablando extemporáneamente a partir de un bosquejo
o leyendo todo el discurso en voz alta, te sugiero usar párrafos cortos.
Numéralos. Los párrafos extensos y sin numerar son más difíciles de
visualizar. Los recuadros ayudan a los ojos a visualizar una porción clave
más rápidamente.
Idioma
Casi
todo idioma tiene reglas. Sin estas ocurriría tal desorden que terminaríamos
sin entendernos, que es lo que sucede cuando cierto grupo discrimina a otro
mediante el uso de habla codificada para que solo los miembros de dicho grupo
la entiendan. Por otro lado, hay reglas que pueden ser flexibles. Por
ejemplo, los poetas se toman lo que se conoce como 'licencia poética' para
violar algunas reglas y destacar cierta expresión.
En
realidad, todos violamos en mayor o menor medida las reglas del lenguaje a
cada rato cuando hablamos o escribimos. Cierto día pesqué a un doctor en
Lengua y Literatura metiendo la pata. De modo que, de ninguna manera pienses
que tienes que tomar un curso de lengua y literatura para poder dar un
discurso. La libertad de expresión se concede a todo ser humano, al margen de
su conocimiento de las reglas de la gramática del idioma que habla. Yo jamás
estudié gramática ni tomé clases de redacción ni de 'impostación vocal' para
decir o escribir lo que pienso y siento.
De
igual manera, a pesar de que tal vez consideres que tienes algunas
limitaciones, siéntate y comienza a escribir tu discurso sin preocuparte
demasiado de cuántos "que" uses en la misma línea, cuántas
"comas" necesita cierta oración, o cuándo cambiar de párrafo. Los
que están obligados a seguir las normas gramaticales son aquellos que dicen
que las dominan. Ten presente que la libertad de expresión de ninguna manera
está reservada para los que han estudiado gramática.
Imagen
La
imagen o presentación de tu documento puede mejorar mucho si usas un
procesador de texto, como el programa de Microsoft Word. A medida que
escribes, puedes presionar la tecla F7, y el equipo te
ofrecerá sugerencias de corrección. Usa dichos datos como pautas
generales. En caso de querer decir una misma idea de otra manera, presiona MAYÚSCULA y F7 al mismo
tiempo. El programa te ofrecerá varias alternativas. Y si quieres contar las
palabras y los párrafos, haz click en HERRAMIENTAS y escoge CONTAR
PALABRAS.
Además,
la barra de herramientas de la parte superior de la pantalla te puede ayudar
mucho más. Por ejemplo, en ARCHIVO, puedes CONFIGURAR o diseñar
tu página, tener una VISTA PRELIMINAR y GUARDAR COMO, que
te sirve para archivar el documento. En FORMATO puedes
cambiar la FUENTE o el tipo
y tamaño de las letras, y mejorar la presentación de cada PÁRRAFO. Solo haz
click y comienza a experimentar el placer de escribir tus propios discursos.
Correctores de pruebas
En
todo caso, si a pesar de todo quieres o necesitas que tus palabras luzcan
casi perfectas sobre el papel, existen los correctores profesionales. Ejemplo, busca en Internet
http://www.escritores.org/correccion/index.htm. Selecciona la opción CORRECCIÓN
ORTOTIPOGRÁFICA DE TEXTOS LITERARIOS Y NO LITERARIOS y averigua sus
condiciones. Oratorianet de ninguna manera recibe absolutamente ninguna
comisión por pasarte este dato.
HTML
Si
quieres publicar tu discurso en Internet, tal vez te convenga pasarlo al
lenguaje HTML, uno de
los idiomas electrónicos más usados para envíos de texto. Solo tienes que ir
a la barra de herramientas, en la parte superior de la pantalla, presionar ARCHIVO y GUARDAR
COMO HTML.
El equipo lo traducirá y guardará automática e inmediatamente en dicho lenguaje.
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